LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Buscando esperanza en los lugares correctos

Versículo clave: “Porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos.”
—Lucas 2:30, 31

Escritura seleccionada:
Lucas 2:22-38

DESPUÉS DE OCHO DÍAS, Jesús fue circuncidado. María continuó hasta que se cumplieron los días de su purificación de acuerdo con Levítico 12:1-4 “Esta purificación es seguida de la presentación de dos tórtolas, o dos pichones pequeños, uno para una ofrenda de holocausto y uno para una ofrenda de pecado (ver. 8). Esta ceremonia trajo de vuelta a María en expiación con Dios y la dejó limpia. Luego, José y María llevaron a Jesús al Templo en Jerusalén.

En ese tiempo había un hombre llamado Simeón, un hombre reverente y justo, que estuvo esperando la “consolación de Israel” (Lucas 2:25). Simeón había reconocido a través de las Escrituras que el SEÑOR llegaría y llevaría consolación a Israel (Isaías 40:4,5). Fue su deseo ver al Mesías antes de morir. Con la ayuda del Espíritu Santo, él llegó al Templo en el momento en que María y José llevaron a Jesús para que sea presentado al SEÑOR. Al reconocerlo como el Mesías él lo tomó de los brazos y dijo: “Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2:30-32, Nueva Versión Internacional). En estos versículos, vemos que el nacimiento de Jesús llevaría salvación a todos. Escuchando estas palabras, José y María se asombraron de lo que se hablaba con respecto a su hijo.

Simeón, tomando a Jesús en sus brazos, le habló a María: “Este niño esta destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el alma” (vers. 34,35 NVI)

La señal del versículo treinta y cuatro, escrita sobre Cristo, se encuentra en 1 Pedro 2:7,8 en donde leemos: “La piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo, y: la piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados” Cuán cierto fue esto para Israel. Ellos tropezaron con esta ‘roca’, condenándolo a muerte (Lucas 23:22-23). Además, Simeón reveló a María que una ‘espada’ atravesaría su propia alma. Fue María quien permaneció a los pies de la cruz y vio a su hijo morir (Juan 19:25).

Con Simeón en el Templo, hubo una profetisa llamada Ana, mujer devota, viuda de ochenta y cuatro años de edad, quien vivió en el Templo. Al ver a Jesús, ella habló de él “a todos aquellos que buscaban redención”, redención que llegaría a Israel y al mundo (Lucas 2:36-38). Muchos han estado buscando la redención que las escrituras revelaron que llegaría por medio del Mesías, y la salvación que él proporcionaría.

Simeón y Ana fueron al lugar correcto y a la hora correcta y encontraron a Jesús, buscando las Escrituras. Nosotros debemos hacer lo mismo.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba