LECCIONES DE ESTUDIO DE LA BIBLIA INTERNACIONAL

Creando una confianza renovada

Versículo clave: “Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.”
—Salmos 73:26

Escritura seleccionada:
Salmos 73

EL CREAR UNA GRAN confianza en Dios y en el poder de su bendición, debería ser una parte importante y esencial de todo esfuerzo cristiano. El Versículo Clave de esta lección enfatiza el hecho de que si intentamos confiar en nuestra propia carne y fortaleza física con seguridad que fallaremos. Sin embargo, si nosotros acudimos a Dios y confiamos en él, su fortaleza será nuestra ‘porción por siempre’.

Los indicios de los tiempos que corren, indican que ahora estamos viviendo los últimos años de la cosecha de la Edad del Evangelio. Estamos siendo testigos de que los días se tornan más estresantes, con un incremento en la violencia por todas partes. La perversidad y el mal proliferan en todas partes del mundo. Para permanecer fieles en nuestro camino como Nuevas Criaturas en Cristo Jesús, debemos acudir al SEÑOR en busca de toda nuestra fortaleza y bienestar espiritual.

En este Salmo 73, nuestra atención primero se dirige hacia aquellos quienes puedan tener un espíritu mundano y sean espiritualmente débiles. El salmista dice: “En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos.” (Salmos 73:2,3). El injusto puede ser próspero pero está circundado por el orgullo y la vanidad, al tiempo que está vestido con prendas de violencia (vers. 6). Además notamos que: “Los ojos se le saltan de gordura, logran con creces los antojos del corazón. Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería. Ponen su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra.” (vers. 7-9). Estos son asuntos serios que están relacionados con aquellos quienes se han desviado de la posibilidad de tener completa fe y confianza en Dios.

Luego, el salmista dirige nuestra atención hacia los verdaderos hijos de Dios diciendo: “Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.” (vers. 10). Aquellos quienes desean permanecer con el SEÑOR se dan cuenta de la horrible condición del espíritu mundano y de esa manera buscan separarse ellos mismos del mundo y de todas sus influencias pecaminosas. Ellos regresan a caminar cerca de nuestro Señor Jesús. Al hacerlo así, ellos beberán de la copa de la aflicción que experimentan.

Al haber examinado la condición de su propio corazón, él continua: “Se llenó de amargura mi alma, y en mi corazón sentía punzadas. Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.” (vers. 21,22). El salmista confiesa que el envidiar la prosperidad del perverso era realmente una tontería, y tal actitud debe ser dejada de lado.

“Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo y después me recibirás en gloria.” (vers. 23,24). Éstas son palabras maravillosas al ser pronunciadas por alguien que posee un corazón verdadero y arrepentido, que está lleno de amor y devoción hacia el Señor Jesús y hacia nuestro Padre Universal. La recompensa por acudir a Dios por consejo y dirección es la oportunidad de ser fiel con nuestro llamado, que promete gloria para seguir en su reino.

Una de las lecciones más valiosas que cualquiera del pueblo del SEÑOR puede aprender es reconocer nuestras propias insuficiencias. Nuestro Versículo Clave dice: “Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.” Continuemos haciendo caso a este consejo.



Asociación De los Estudiantes De la Biblia El Alba